Mallorca rural
Mallorca rural
Las Islas Baleares, y Mallorca en particular, son uno de los destinos más populares y visitados de toda España. Millones de turistas y viajeros vienen cada año, especialmente en verano, para disfrutar de sus encantos principales: playas paradisíacas y turismo de lujo. Pero se dice que la verdadera esencia de la isla se encuentra en su interior, en lo que se conoce como la Mallorca rural.

En cierta manera no cuesta entender por qué, pues solo hace adentrarse en su hermoso paisaje y descubrir sus pequeñas poblaciones y pueblos mercantiles. La zona más atractiva del interior de la isla es la zona central, ya que a lo largo del año queda ataviada con las flores de los almendros en invierno y de vides en verano. Hay ciertos lugares en particular que merecen una mención especial.

La belleza oculta de la Mallorca rural

Empecemos hablando de algunos de los pueblos más pintorescos de la Mallorca rural. Uno de ellos es Pollença, ubicado en la Serra de Tramuntana, una cordillera larga y estrecha de casi 90 kilómetros cuyo paisaje cultural fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2011. Es conocido por sus calles empedradas, plazas y edificios históricos, y por su iglesia del siglo XIII. Otro pueblo encantador es Deià, rodeado de montañas y con vistas impresionantes al mar. Aquí se pueden visitar la casa museo del escritor Robert Graves, autor de la célebre novela Yo, Claudio.

En cuanto a las curiosidades que se pueden visitar o actividades que se pueden realizar en estas localidades, encontramos la propia Serra de Tramuntana, perfecta para los amantes del senderismo. Además, se puede visitar la Albufera, un parque natural situado en el norte de la isla y uno de los humedales más importantes de Europa, o el Castillo de Bellver, una fortificación gótica construida en el siglo XIV que actualmente alberga el Museo de Historia de la Ciudad de Palma.

Pasando a la gastronomía y los productos locales, uno de los productos más conocidos de Mallorca es el aceite de oliva, ingrediente principal del pa amb oli, una preparación típica de la isla que se compone de pan con aceite de oliva. Simple y sencillo, como todo lo que es bueno. La sobrasada, otro de los productos gastronómicos más representativos de Mallorca, es un embutido elaborado con carne de cerdo, pimentón y otras especies, que se deja curar durante varios meses. Su sabor es intenso y delicioso, y es muy apreciado por los mallorquines.

Por su parte, el queso mahones es un queso de leche de vaca, que se caracteriza por su textura suave y su sabor ligeramente salado. Además de estos dos productos, en la Mallorca rural se pueden encontrar otros muchos platos típicos, como la ensaimada, el tumbet o el frito mallorquín, entre otros. Ah, y no debemos olvidarnos de su gran variedad de vinos y licores elaborados en la isla, como el famoso licor de hierbas de Mallorca.

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